Esmeralda de Tres Mundos

Escribí Esmeralda de Tres Mundos, motivada por las vivencias que tuve en países con culturas diferentes pero que en todos está presente el amor, la interculturalidad, el mestizaje, la relación entre ellos y las cosas que nos unen. A través de la historia vemos como nos hemos ido mezclando y fundiendo, como el cemento y el hierro, que dan firmeza y solidez a un edificio. Eso es lo que somos, una construcción que a través de los siglos se ha ido modificando para siempre. Esta obra es para ser leída por modistas, peluqueras, criadas, agricultores, pescadores, cocineras, en fin, trabajadores de los más diversos oficios que, al fin y al cabo, son los que mueven el mundo cubriendo nuestras necesidades. Sin ellos, qué harían los profesionales de la medicina, enfermería, ciencia, literatura, ingeniería entre otros. Sin estos últimos, se puede vivir, pero moriríamos si no pudiéramos alimentarnos. Los grandes héroes pertenecen a lo que llamamos, sector primario. Poco se habla de ellos. Con salarios precarios y sin ningún Príncipe de Asturias que premie su trabajo, ellos siguen haciendo posible la supervivencia del ser humano y, por ende, tienen derecho a conocer un poquito de la historia de su tierra y de la grandeza y bajeza de algunos de sus personajes. Esmeralda de tres mundos, da a la muerte un papel relevante, ya que es capaz de cambiar el rumbo de las personas, que quedan desorientadas, después de que la dama de la guadaña entre en sus casas, llevándose con ella a los seres que amamos, especialmente cuando son niños o jóvenes que están empezando a descubrir la vida. Pero la naturaleza nos recuerda, que en nuestra vida no solo hay dolor y desolación, sino que también existe el placer y la alegría. Mercedes Peñalver Guzmán