Mujeres y hombres

El ser humano, ya sea ese mamífero evolucionado que se ha convertido en el rey de los animales -atendiendo a los seguidores de Darwin-, el que fue creado a imagen y semejanza de Dios -según otros- o aquel creado por la manipulación genética alienígena -como promueve una minoría que crece con los años-, es un ser viviente que, por la forma en que es concebido y criado, estará limitado y condicionado absolutamente en los anhelos que él cree suyos y que le parecen muy preciados y esenciales. Todos esos anhelos, deseos y objetivos de vida, que el ser humano genuinamente siente como propios, no nacieron de manera fortuita en su mente ni haciendo uso de una libertad de la que cree gozar: la gran mayoría de las veces persigue sueños y quimeras que son más un constructo genético, familiar y social que un deseo propio. Incluso la sociedad lo ha simplificado hasta el absurdo: debemos aspirar a tener casa linda, auto del año, ropa de marca y vacaciones en la playa. En todas estas cosas materiales, la importancia radica de forma evidente en el tener y no en el ser. Así, desgraciada y fatalmente influenciados, mujeres y hombres de hoy partimos con un objetivo impuesto y poco claro para enfrentarnos a un mundo predecible, bastante exigente, muy poco acogedor y en exceso prohibitivo. Esto nos lleva a una pregunta perturbadora, pero en extremo relevante: ¿no será que estamos en el mundo solo para cumplir con nuestro mandato biológico y ancestral de reproducirnos y mantener nuestros genes? Si esto es así, ¿de qué libertad estamos hablando? ¿Acaso debemos aceptar sin chistar una finalidad reproductiva, como todos los seres vivos que pueblan la tierra pero, a diferencia de ellos que lo hacen en libertad, nosotros debemos hacerlo cautivos en una moderna cárcel social?Mujeres y hombres. Libertad y éxito o sobrevivencia y reproducción aborda estas consideraciones, con el foco en el autoconocimiento, sobre todo en el aspecto biológico, para vivir una vida más plena y feliz.