Entrare a Jerusalen

Guten Morgen -dijo la enfermera de turno-. ¡Sie sind sehr früh aufgestanden!. Ella respondió el saludo a tiempo que asintió con la cabeza lo temprano que se levantó. Al día siguiente, al ser dada de alta de la clínica psiquiátrica ubicada en Oberursel, una pequeña ciudad al occidente de Alemania; se preguntaba una y otra vez de manera consternada: ¿Por qué me sucedió esto a mí?. Con el tiempo descubre en su diario la respuesta a su inquietud. En la hoja cuadriculada de un cuaderno yace consignada una de las oraciones más fervientes que de rodillas pronunció, en un momento de total conmoción en su vida: ... Dios ya no sé qué hacer, ayúdame porque ya no puedo más, quiero hacer solo tu voluntad, ¡¡háblame por favor!!. Al final su petición es concedida. Es allí donde el lector es llevado conjuntamente con la protagonista a descubrir lo que hay detrás de esta voz; y lo que realmente la originó Un viaje a Israel, al muro de los lamentos... Una asombrosa historia descrita por la autora en forma irregular en el tiempo; que brinda al lector no sólo la expectación sino el engranaje para descubrir el inicio, descenlace y fin.