El Ganado de Matusalen

Salvo el abuelo Sixto, de quién se podría decir que, como hombre hecho a sí mismo, ya nació siendo adulto, por lo general el resto de nosotros fuimos niños en un determinado lugar, sea valle o montaña, y entre ciertas gentes que marcarían para siempre nuestras vidas. El niño Mauro y su tío, el padre Horacio, lo hicieron, además, como descendientes indirectos de dos leyendas locales que seguían vivas en Gondufe, su aldea natalicia, y, en consecuencia, sus vidas habrían de quedar marcadas desde muy temprano, tanto que nunca serían capaces de olvidar a los respectivos seres que les dejaron esa marga grabada a fuego en el alma: en el primer caso, el de Mauro, se trató de una niña con genes de sirena con la que él se "casaría" a la increíble edad de seis años; y en el segundo, el de Horacio, de dos hermanastros inusitadamente crueles y mezquinos que harían de él su juguete sexual antes de poder escapar a esa explotación ingresando en el seminario... Este libro relata las peripecias vitales y paralelas de ambos antihéroes, y lo hace concediéndole solo lo justo a la ficción pues, por fantástico que incluso a nosotros nos parezca, hay partes de nuestro pasado que se resisten a ir desvaneciéndose poco a poco hasta desaparecer por completo, y, aún haciendo grandes esfuerzos para lograrlo, no conseguiremos sino reforzar su vigencia imperecedera.